1. Escasez de insumos y dependencia de importaciones
La industria acuícola venezolana enfrenta dificultades debido a la escasez de insumos esenciales como alimentos balanceados, equipos y medicamentos. Esta situación se ve agravada por la dependencia de importaciones y la limitada disponibilidad de divisas, lo que encarece y dificulta la adquisición de estos productos. Además, la falta de infraestructura adecuada y la inestabilidad económica han llevado a una disminución en la inversión y el mantenimiento de las instalaciones acuícolas .
2. Impactos del cambio climático
El cambio climático representa una amenaza significativa para la acuicultura en Venezuela. Fenómenos como el aumento de la temperatura del agua, la acidificación de los océanos y la variabilidad en los patrones de precipitación afectan negativamente la salud y el crecimiento de las especies acuáticas cultivadas. Además, eventos extremos como sequías e inundaciones pueden dañar las infraestructuras y alterar los ecosistemas acuáticos .Global Seafood Allianceagriculturaenvenezuela.com
3. Falta de políticas públicas y apoyo institucional
La ausencia de políticas públicas específicas y de apoyo institucional para el sector acuícola limita su desarrollo. La falta de programas de financiamiento, capacitación técnica y asistencia técnica impide que los productores adopten prácticas sostenibles y mejoren su productividad. Además, la escasa inversión en investigación y desarrollo restringe la innovación en técnicas de cultivo y manejo .
4. Problemas sanitarios y enfermedades
La aparición de enfermedades en las poblaciones acuícolas es un desafío constante. La falta de protocolos de bioseguridad, el uso inadecuado de medicamentos y la escasa vigilancia sanitaria contribuyen a la propagación de enfermedades que afectan la producción y la calidad de los productos acuícolas .
5. Competencia por el uso del agua y conflictos socioambientales
La acuicultura compite con otros sectores por el uso del agua, como la agricultura, la industria y el consumo humano. Esta competencia puede generar conflictos, especialmente en regiones donde el recurso hídrico es limitado. Además, la expansión de la acuicultura sin una planificación adecuada puede provocar impactos ambientales negativos y tensiones con las comunidades locales .